Cómo estimular el desarrollo del niño hasta los tres años

Escrito por
Revisado medicamente por Dr Marta Bernaola Abraira
Ultima actualizacion: October 2, 2024

La estimulación ha de ser ordenada y con tiempos de descanso

Hasta los tres años de vida se dan los grandes desarrollos de conexiones sinápticas (neuronales) entre áreas corticales cercanas dentro del cerebro. El resultado es que el niño adquiere una gran capacidad de absorción de información de su entorno.

Por este motivo no se aconseja un hiperestimulación en dicho período, como se ha recomendado a los padres en los últimos años. Es más aconsejable una estimulación ordenada de la información, con contenidos novedosos y con tiempos de descanso para que el niño la asimile.

Este es un tiempo en el que se da una gran maduración de las estructuras cerebrales (subcorticales, límbicas y vestibulares, vías somatosensoriales, áreas cerebelosas y áreas primarias corticales). Esto permite una gran posibilidad de comunicación e interacción con el medio ambiente así como una especie de impulso natural constante a hacer cosas. La consecuencia directa es que el niño desarrollará una motivación suficiente para interaccionar constantemente con el ambiente, una gran capacidad de percepción y observación y una gran comunicación no verbal y emocional propias de estos primeros años de vida.

Tomás Ortiz Alonso. Catedrático. Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica.
Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid

 


La estimulación del bebé, paso a paso

  • En esta etapa la decisión de estimulación es de gran relevancia para el futuro del niño. No se puede olvidar que diferentes estudios justifican la mejora en el desarrollo cerebral en ambientes enriquecidos frente a los ambientes deprimidos, donde quedan alteradas las funciones más complejas del ser humano como consecuencia de dicho entorno precario. Por lo tanto, los padres deben brindar al niño un ambiente rico en estímulos auditivos, visuales, táctiles y de movimiento.
  • Una estimulación ambiental temprana ordenada, integrada y organizada en un mundo rico en estímulos novedosos, sin pretender especializar el cerebro en un tipo determinado de conducta, habilidad o destreza debería ser el mejor entrenamiento neuronal en estos primeros años de vida.
  • La información en esta etapa deber ser clara, concisa, debe prevalecer un ambiente lleno de movimientos, colores y riqueza de estímulos; hay que fomentar la participación, juegos, música, conductas cercanas a las actividades de la vida diaria. Por todo ello, el entorno emocional, social y familiar estable en el que se encuentra el niño, será básico para un buen desarrollo y funcionamiento cerebral.

Estimulación de niño de uno a tres años

Primer año
El niño va a ser capaz de captar el medio ambiente, discriminar estímulos prelingüísticos y manejar muy bien la comunicación no verbal y emocional con sonrisas , demostraciones de afecto, miradas de asombro, múltiples respuestas faciales…

Segundo año
Los pequeños comienzan un progresivo aumento de su capacidad de aprendizaje de conductas cada vez más complejas con el desarrollo progresivo de las áreas corticales secundarias y de asociación. Empieza el desarrollo del lenguaje verbal, lo que contribuirá a una mayor y mejor comunicación social. Los padres deben hablar con los niños mediante expresiones faciales y entonando el lenguaje, llevándolo a un lenguaje musical.

Tercer año
Por último en el tercer año existe ya un mayor desarrollo cortical con implicación de áreas corticales asociativas terciarias y que van a especializar el cerebro principalmente en el lenguaje compresivo y hablado, con una gran capacidad gramática y sintáctica del lenguaje. Por lo tanto, los padres deben hablar mucho con sus hijos.


Creo que lo más importante en esta etapa es el llamado “tempo” de estimulación y asimilación de la información medioambiental.

Un dato importante es la gran estabilidad del número de neuronas del niño a lo largo de su vida, excepto en el hipocampo (zona cerebral con forma alargada, localizada junto a los ventrículos laterales del encéfalo), que va a tener una gran capacidad de neurogeneración en función del tipo, forma, frecuencia y cantidad de estimulación que vaya recibiendo desde el nacimiento hasta el final de la vida; obviamente tendrá una menor capacidad en las etapas finales de nuestra existencia.

A la vista de esto, los padres deberían estimular a sus hijos dentro de un contexto de tranquilidad, con pocos estímulos a la vez, dejando tiempo para que su hijo integre la información y asimile bien la estimulación recibida.

Insisto en la idea: no porque se le estimule más rápidamente se consiguen mejores resultados en el desarrollo cerebral.