Lateralidad del niño: ¿cómo saber si es diestro o zurdo?
Escrito por Pedro Ojeda Fernández
Revisado medicamente por Dr Marta Bernaola Abraira
Ultima actualizacion: October 2, 2024
El bebé da alguna señal del hemisferio que domina sus movimientos
El proceso de lateralización del bebé -definir si es diestro o zurdo- es una etapa más del proceso de maduración del sistema nervioso, necesaria para el buen desarrollo de la imagen corporal. La dominancia de un lado del cuerpo sobre el otro va a depender del predominio de uno u otro hemisferio cerebral.
Para facilitar este desarrollo cerebral los padres deberían fomentar ejercicios de control tónico y predominio de la lateralidad. Para ello, hay que ir descubriendo y tomando conciencia de las diferentes partes del cuerpo por medio de las palabras. Los juegos de imitación sirven para llevar a una mejor representación mental de su propio cuerpo a través de los ejercicios de orientación del esquema corporal y posiciones del cuerpo.
Detallamos a continuación el proceso de lateralidad en el niño desde el nacimiento:
• En las primeras semanas de vida ya es posible observar una futura dominancia a través del reflejo tónico cervical (tendido supino con la cabeza girada a un lado, se obtiene una extensión del miembro superior del lado al que gira la cabeza y una flexión más pronunciada del lado opuesto).
• Hasta el año sigue con una serie de manipulaciones y movimientos unilaterales y bilaterales y no hay una dominancia clara. La preferencia lateral aparece al año y medio cuando el niño comienza a coger objetos diversos.
• Entre los dos y tres años, puede haber un periodo de inestabilidad. En las piernas esta inestabilidad se acentúa más, debido a que hay un uso equivalente de ambas, por ejemplo al andar.
• A partir de los cuatro años, se acepta la definición de la lateralidad.
• Entre los cinco y seis años, el niño adquiere los conceptos de derecha e izquierda de su propio cuerpo, basándose en su dominancia lateral.
• A partir de los ocho años, aunque pueda existir algún periodo de inestabilidad, deberá quedar consolidada la lateralidad también consigue reconocer derecha e izquierda en los demás.
Situar objetos en espacios diferentes
El niño necesita tener integrado el espacio para poder desarrollar adecuadamente su propia imagen y esquema corporal en este sentido necesita estructurar y orientarse bien en el espacio. Lo que necesita es saber localizar el propio cuerpo en función de la posición de los objetos en el espacio, así como para colocar esos objetos en función de su propia posición.
Objetivo: situar objetos o sujetos en un espacio bidimensional o tridimensional y elaborar relaciones espaciales de mayor complejidad a través de varios puntos de referencia.
Se trata de situar los elementos de un objeto en relación con los demás y de sí mismo: coordinar los objetos entre sí, con relación a las tres dimensiones del espacio, aprendiendo las nociones de volumen, profundidad, perpendicularidad o paralelismo. El espacio en el primer año se reduce para el niño al ámbito de lo cercano a su cuerpo donde desarrolla sus movimientos.
Desde los dos hasta los cinco o seis años pasa a un espacio en el cual ya puede establecer las relaciones espaciales de distancia, ordenación, continuidad y desplazamiento. Entre los seis y los ocho años, aparece el espacio proyectivo, que incorpora las nociones de perspectiva y proyección entre distintos objetos entre sí.
Tomás Ortiz Alonso. Catedrático-Director del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica.
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid
Categoría: Desarrollo cerebral bebé