Consejos de crianza positiva para niños de 9 a 11 años
El diálogo y la corrección con afecto es la base de todo
Si reaccionas con gritos y enfados a un comportamiento de tu hijo, diciéndole lo malo que ha sido, que solo causa problemas y otros mensajes negativos parecidos, con frecuencia el niño se ha convertido en lo que los padres creen que es.
Esto no sucederá si reaccionas con bondad, compasión y comprensión.
Así lo explican los expertos en crianza positiva, una disciplina que consiste en establecer límites pero de forma amorosa, firme y no amenazante, buscando el equilibrio entre la autoridad y la permisividad.
Esta disciplina positiva es muy útil usarla en todas la edades: también sirve (y mucho) para tus niños entre 9 y 11 años.
En la infancia mediana o preadolescencia, tus hijos se “independizan” de la familia y ganan protagonismo los amigos, en especial los del mismo sexo, hasta el punto de que les influyen más que los padres. Se muestran mucho más autónomos y deben ir asumiendo las responsabilidades acordes a su edad. Quizá comiencen los primeros cambios físicos de la pubertad, sobre todo en las niñas. Se encuentran en la antesala de la adolescencia y tienen que estar preparados para ello.
Crianza positiva: consejos para el desarrollo de niños de 9 a 11 años
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Nos comunicamos con ellos
desarrollo de niños de 9 a 11 años
En cualquier relación la comunicación es básica. Saca tiempo para hablar de cómo le ha ido en el colegio, de sus amigos y de todo lo que le rodea. -
En grupo, mejor que solos
Anímales a que participe en actividades de grupo o en equipo en el colegio y fuera de él. Comunícate con sus profesores y colabora activamente con el colegio cuando se pueda. -
Existe lo bueno y lo malo
Háblale sobre lo bueno y lo malo, para que sepa discernir. Explícale que no debe dejarse arrastrar e influenciar por los amigos, por ejemplo para saber decir que no si le ofrecen un cigarrillo o hacer cualquier locura o gamberrada. Intenta conocer a la familia de sus amigos. -
Ayudar en casa es un signo
Asígnale tareas en el hogar. Enséñale la importancia de ahorrar, de no malgastar luz, agua ni dinero. De esta manera, empieza a adquirir responsabilidad. -
Los valores, imprescindibles
Inculca valores como el respeto y la realización de acciones solidarias para ayudar a los demás. Al tiempo, dile cómo debe responder y actuar cuando alguien se meta con él o le ofenda. -
Tener metas importa.
Estimula en tu hijo que se marque sus propias metas. Conversa con él sobre las habilidades y destrezas que quiere alcanzar para poder alcanzar esos logros. -
Reglas y límites
Establece límites, con reglas claras para que sepa qué respetar. Si le explicas el porqué se necesitan, las asimilará y sabrá cómo reaccionar. -
Corregir con cariño ayuda
La disciplina es necesaria pero esta no implica castigo ni decir las cosas con malhumor, sino enseñarle y guiarle en cómo debe actuar, con una mezcla entre permisividad y firmeza. La disciplina corrige errores, le ayuda a ser responsable y le hace sentirse bien consigo mismo. -
Tú lo vales
Valora sus logros, resalta su buen comportamiento con elogios estimulando la reflexión: dile “debes estar orgulloso de ti” en lugar de “estoy orgulloso de ti”. Eso puede ayudarle a tomar buenas decisiones por sí mismo. -
Hablar de sus cambios físicos
Anticípale los cambios en su cuerpo que se producirán con la edad al llegar a la pubertad. Así verá que es algo normal. -
Leer en casa, un placer
Estimula su afición por la lectura, para que lea todos los días. Pregunta sobre sus tareas escolares para que note que te importan, pero sin agobiarle. -
Afecto y cariño: se palpa.
Respeta a tu hijo, dale amor, afecto, cariño… No te canses de enviarle refuerzo positivo a todo lo que haga bien. -
La familia sigue su rumbo
Planea actividades para disfrutar en familia aunque tu hijo prefiera muchas veces la compañía de sus amigos. El “paraguas” familiar es básico a estas edades.
Marta Villalba
Categoría: Desarrollo psicológico