Cómo es un desayuno cardiosaludable

Beneficios del desayuno para el niño en edad escolar

Desayuno para el niño en edad escolar La ración ideal de desayuno ha suscitado un gran interés científico en el ámbito de la nutrición, especialmente el papel que desempeña en el equilibrio nutricional de los niños. El desayuno debe aportar el 25 por ciento de las calorías que se necesitan al día. Y se complementa con otro 30 por ciento en la comida, un 15 en la merienda y un 30 en la cena.

Los expertos señalan que para que tenga las mejores cualidades nutricionales debe incluir: un lácteo (un vaso de leche, un yogur, queso); un cereal (preferiblemente pan, pero también copos de cereales, galletas, magdalenas, bizcochos,…); una grasa de complemento (mejor aceite de oliva, pero también mantequilla, margarina…); una fruta o zumo y, en ocasiones, jamón u otro tipo de fiambre. No es recomendable la bollería industrial, zumos con mucho azúcar, bebidas con gas o estimulantes o abusar las mantequillas o las mermeladas con azúcar. La variación resulta clave, porque no todos los alimentos del mismo grupo contienen las mismas propiedades.

Desde Corazón Vivo, asociación para la Información y Prevención de la Enfermedad Cardiovascular, se dice que “si el niño no toma todos los grupos de alimentos a primera hora, se puede complementar con el tentempié de media mañana”, con lo que también conseguiremos que éste sea lo más sano posible. “Lo normal es que en el día a día los padres ofrezcan lo más fácil de hacer y dejen lo más elaborado para el fin de semana. Hay que ser conscientes de la importancia que tiene el desayuno para una buena salud, aunque también hay que entender que en los tiempos que corren, cuando a muchas familias no les llega el presupuesto ni para realizar dos comidas al día, puede resultar pretencioso insistir en que se realicen cinco y que la primera ha de ser contener una variada cantidad de alimentos”, precisa Conchi Rousell, coordinadora de dicha institución.

Qué proporciona cada alimento del desayuno

  • Cereales
    Pan, tostadas, copos… Mejor si son integrales, ya que aportan fibra que ayuda al correcto funcionamiento del intestino y a una inferior absorción de las grasas. Proporcionan hidratos de carbono que aporta energía, vitaminas y minerales. Los hidratos de carbono son transformados en glucosa. No conviene tomar cereales con aportes excesivos de azúcar.
  • Lácteos
    Leche, preferentemente semidesnatada, queso (mejor si es fresco), yogur… Contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B (principalmente riboflavina o B2).
  • Frutas
    Resulta preferible tomar la ración de fruta entera en lugar de en zumo, ya que se pierde gran cantidad de fibra. Aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, fibra y minerales fundamentales para los pequeños, como el calcio y el fósforo para los huesos y dientes, el hierro que compone la sangre y el magnesio para los músculos.
  • Aceite de oliva
    Unas gotas aumentan el colesterol bueno y evitan enfermedades cardiovasculares.
  • Derivados cárnicos/embutidos
    Lo ideal son fiambres poco grasos, como pollo y pavo. No es muy recomendable tomar gran cantidad de embutidos en el desayuno, si se deja para el almuerzo resulta mejor opción. Contienen proteínas de calidad con función formadora (de construcción de tejidos y células) y cantidades variables de grasa con función energética.
  • Extras
    También se puede incorporar frutos secos, miel, chocolate y pastelería, siempre en cantidades moderadas.

Charo Barroso

Categoría: Nutrición Infantil